A medida que nuestro hijo o hija va creciendo, va desarrollando su identidad y sentido de independencia. De este modo, su habitación acaba siendo su espacio personal, siente que es su rincón mágico y único, donde pasar el rato imaginando nuevas aventuras, historias de diversión sin fin y sueños encantados donde su mente otorga alas a su creatividad infantil.
El espacio personal para el desarrollo de la personalidad
En las habitaciones para niños la percepción de espacio personal va adquiriendo importancia poco a poco. Comienza a desarrollar un sentido de pertenencia y de familiaridad, de manera que identifica las cosas de su habitación como propias. El dormitorio infantil es el lugar donde se empieza a desarrollar la autonomía, más a la edad en la que empezamos a enseñarles a ordenar sus juguetes.
El sentido del orden es el que guía al pequeño o pequeña a la hora de asimilar un espacio como propio. Podemos ir introduciendo pequeñas tareas dentro del dormitorio y con paciencia ir confiando en que poco empezará a tener la inquietud de recoger sus propios juguetes. A medida que empiecen a recoger ellos solos, sin necesitar de nadie más, empezarán aprender que pueden valerse por si mismos, un aprendizaje que les será muy útil de cara a la edad adulta.
El mobiliario infantil influye en la percepción de espacio personal
Para que nuestro hijo o hija empiece a sentir que es independiente, que es capaz de hacer cosas por si mismo sin ayuda de los adultos, y de esta forma empezar a desarrollar su sentido de independencia en un entorno que consideran como suyo propio, ya que es su espacio personal, la elección del mobiliario infantil también es importante.
Para que empiecen a sentir su habitación como su propio espacio personal podemos:
- Ubicar los muebles infantiles a su altura, de modo que puedan tener cajones y puertas accesibles para coger la ropa, guardar juguetes… Para ello existen multitud de cajoneras, arcones y librerías a su alcance.
- Disponer el mobiliario en 3 zonas de distribución fundamentales, como te contamos en el artículo Distribución Dormitorio Infantil y empezar a mostrarle qué se hace en cada zona: en la zona de estudio se hacen los deberes, en la zona de juego estarán sus juguetes y la zona de la cama será solamente para dormir. Entendiendo estos tres espacios será más fácil recoger sus cosas e identificar qué se ubica en cada lugar.
- Enseñar a depositar dentro del juguetero sus juguetes cuando termine de jugar, de esa forma empezará a desarrollar su sentido de responsabilidad para cumplir con su tarea. Lo mismo en la zona de estudio: cuando termine de hacer los deberes, puede colocar por si mismo o misma sus libros en la librería.
Recogiendo sus cosas cuando termine de utilizarlas es fundamental para que aprenda a controlar su espacio.
Cómo ofrecer espacio personal en las habitaciones compartidas
El disponer de un propio espacio personal es fundamental para el desarrollo de nuestra personalidad, pues nos facilita un sentido de propiedad, independencia e intimidad fundamentales. Sin embargo, en las habitaciones infantiles compartidas, donde no hay una delimitación física entre el espacio de cada hermano o hermana, esta percepción de espacio personal se complica.
Como abordamos en el artículo Trucos para compartir una habitación infantil, debemos proporcionar a cada hermano su espacio donde tengan sus propios juguetes, libros… Esta identificación con las cosas que son de sus propiedad les ayuda a sentir que ese es su lugar, su rincón, su terreno.
La decoración infantil también ayuda a la percepción del espacio personal
La decoración de dormitorios tiene mucho que decir sobre la personalidad de cada uno. Cuando expresamos nuestra personalidad, sacamos «hacia fuera» nuestros gustos y los compartimos con los demás, hacemos de ese espacio «nuestro espacio». De esta forma, la decoración de la habitación infantil tiene mucho que ver con el propio espacio personal.
Para ello, podemos hacer partícipes a los niños en la misma decoración del dormitorio, ubicando elementos de su color favorito, personajes de los cuentos que más les gusten, preguntándoles qué opinan sobre esto y aquello, y adaptando, en la medida que nos sea posible, sus opiniones a su propio espacio personal que no es otro que su dormitorio infantil.